My child won't come out of his room
Sin duda todos podemos recordar cómo fue nuestro paso de la infancia a la adultez. Todos esos cambios que experimentamos sorprendidos y la forma que encontramos más adecuada para canalizar todo lo que sentíamos. Esta etapa es la adolescencia y aunque tal vez nunca nos hayamos detenido a pensar, para nuestros padres seguramente fue algo difícil de asimilar y manejar.
Si hoy te está costando lidiar con los cambios de tu hijo adolescente, tanto en su nueva actitud reservada como la tendencia a mantenerse encerrado, y muchas otras, ten paciencia porque te ayudaremos a entender y superar este cambio con tu hijo.
“Con la llegada de la adolescencia las cosas cambian drásticamente. Los que antes eran nuestros pequeños ahora saben realizar cada vez más labores. Se bañan y visten solos, aprenden a manejar artículos tecnológicos, crean entornos sociales fuera de la familia”, dice el Dr. Alfred W Adler en su libro “La psicología del individuo”.
Lo principal es entender que es completamente normal este comportamiento, pues todos pasamos por esto y es una etapa que podemos recordar con cariño y nostalgia. Tener amigos, vestirse como ellos quieran, chatear, explorar su propio mundo, descubrir sus gustos y disgustos, jugar con su creatividad, son pasos normales en la vida de un adolescente, pero muchos padres se preocupan y piensan que algo está mal.
Hay muchas razones por las cuales tu hijo o hija adolescente no sale de su habitación. Debemos entender que es su espacio, y no uno cualquiera, pues en la etapa de cambio por la que están pasando, su habitación es como su templo privado, en donde construyen su personalidad, viven y superan sus crisis, donde se plantean sus preguntas e imprimen sus pensamientos. Es por eso que uno de los primeros pasos para sobrellevar a tu hijo adolescente es dejarle que juegue con ese espacio, porque allí se está construyendo el adulto que un día será.
Es normal que nuestro hijo o hija necesite su espacio, pero es cierto que muchas veces no entendemos por qué se encierran en su habitación con tanto recelo y sin flexibilidades. Pues en este momento de su vida están tomando el primer paso de la independencia, y generalmente desean hacerlo solos y rechazan cualquier ayuda de sus padres porque estos ya lo han venido haciendo durante toda su niñez.
Uno de los cambios más significativos es el despertar sexual y el descubrimiento de sentimientos nuevos relacionados con su crecimiento y a su cuerpo. Ellos se observan, se desnudan, se exploran y esto es perfectamente normal, de hecho es saludable, pues este despertar combinado con una buena educación son la base adecuada para una buena toma de decisiones en un futuro, cuando sean adultos.
Cuando se alejan de su niñez y comienzan a descubrirse no debes preocuparte, siempre y cuando no muestren una señal por la cual preocuparnos, como tristeza profunda, inseguridades, imposibilidad para relacionarse con los demás, etc. Porque también debemos entender que a algunas personas les cuestan más los cambios que a otras, y en momentos como la adolescencia los cambios no solo son mentales, sino también físicos, y uno de los principales problemas en la sociedad actual y en los chicos es la baja autoestima y la falta de seguridad en sí mismos.
El bajo rendimiento escolar, la agresividad constante y la falta de amigos y contacto social pueden ser muestras de una baja autoestima o un problema de salud mental que deberás hablar con tu pareja y con tu hijo para buscar una ayuda profesional.
Pero generalmente es un error creer que nuestro hijo tiene un problema por el hecho de encerrarse en su habitación. Y para que, pese a todo por lo que esté pasando, tu hijo se sienta bien y logre desarrollarse sin mayores problemas, te damos tres consejos para que pongas en práctica con ellos y verás cómo pondrán de su parte sin convertirte en un policía.
– Hazte amigo de él
Si logras entender cuáles son sus gustos y compartirlos, estarás ganado. Pues es cierto que en esta etapa los hijos no son muy comunicativos, pero debes encontrar la fórmula correcta para entenderlo, como compartir algún hobby, tener un proyecto juntos o jugar juegos que él disfrute. Cuando se abra a ti escúchalo con amor y sin juzgar, ellos lo agradecerán y confiarán cada vez más en ti.
– Marca límites de tiempos
Comunícale que está bien que quiera estar en su habitación, pero fija junto con él los tiempos para estudiar y para el entretenimiento. Y hazlos valer sin ser invasivo.
– Fomentar sus amistades
Tu hijo está creando su personalidad y sus gustos, hazle sentirse orgulloso de eso, fomenta a que invite amigos a su habitación y compartan actividades que disfruten juntos. También puedes hacerte amigo de otros padres que se encuentran en la misma situación, así todos ganan.